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—Será divertido ver tu cambio —dijo Jake al lanzarla sobre la fría cama de la prisión.
La chica gato se movía dentro de su ropa, que estaba dañada a causa de las batallas anteriores. El pelo en su cola se erizaba por el miedo. Después de dejar su tribu, nunca había caído en una condición tan terrible.
Jake miró a las sacerdotisas y las vio temblar. Se aburrió y encendió un fuego oscuro sobre sus palmas.
—Responde rápido.
—¡Nunca! ¡Déjanos, demonio! —finalmente habló una sacerdotisa. Jake se agachó, la miró y usó [Ojos Hechizantes].
—¿Qué tal ahora? Fóllame y vete. Esta oferta también vale para vosotras dos... —dijo de manera seductora. Por supuesto, nunca planeó liberarlas.
—Yo... No lo haré —dijo Sacerdotisa Mary con lágrimas en sus ojos. Su voluntad era de 211. Para una sacerdotisa del Segundo Círculo, esto era bastante alto.
—¿Y tú? —preguntó Jake a la otra gemela. Numa se mordió el labio y miró hacia abajo. Él podía ver el rubor en su rostro.