Al día siguiente, durante el entrenamiento matutino de Lex, Mary le informó que Helena se había recuperado por completo. Sin embargo, desde que se despertó, no había hablado con nadie y había pedido estar sola. Estaba sentada en el césped detrás de la mansión, con aspecto desolado y perdida en sus pensamientos. Como quería estar sola, Lex no la molestó, pero instruyó a Mary para que le enviara un pastel de Saturno cuando se sintiera mejor. Lex no sabía si había otras cosas en su mente, pero estar tan cerca de la muerte definitivamente traumatizaría a cualquiera. Aunque él pagaría por el pastel, lo consideró un pequeño regalo a Alejandro por todos sus gastos, sin mencionar que le daría una buena idea de cuán efectivo era el pastel de Saturno para hacer que el comensal se sintiera eufórico.