—En esta última misión, estamos aquí para derrotar a un ángel —declaró Ren.
La boca de Evie se abrió, sus ojos se agrandaron. —¿Derrotarlo?
Ella observó al Ángel a través de su [Monóculo] y tembló al ver sus estadísticas. —¿Cómo vamos a derrotar eso? ¡Es como un jefe de alto nivel!
No es de extrañar que Ren hubiera enfatizado la necesidad de al menos diez jugadores con estadísticas en los 500s.
Aún así, Evie creía que tomaría al menos cien jugadores, cada uno con estadísticas de 500 o más, para tener una oportunidad contra esta entidad celestial.
Ren, sin embargo, permaneció imperturbable. Le dijo a Evie —Relájate... Los Ángeles no pueden descender a este plano mortal con todo su poder, así que aún podemos derrotarlo.
La cara letárgica de Evie se iluminó con sorpresa. —¿Así que quieres decir que este ángel no está con todo su poder?
—No te preocupes —Ren la tranquilizó—, si las cosas se ponen mal, siempre podemos hacer que Pii se encargue de él.