Los fragmentos de la flauta que causaba el caos eran literalmente indestructibles.
Una expresión pensativa apareció en el rostro de Roy.
—Tal vez podré destruirla una vez que mi fuego mágico alcance el nivel 13 —murmuró para sí.
De todos modos, no había garantía de éxito.
Se giró hacia el último objeto en su mano.
Era una parte de la piedra rúnica de la historia.
Malach Nacido de la Sombra había dicho muchas mentiras, pero al menos había dicho la verdad sobre que esta se dividía en tres piezas.
—Mi búsqueda no estará completa a menos que esté completa. ¿Dónde están las otras dos partes? —se preguntaba Roy.
Esperando que conocer más sobre ella hiciera alguna diferencia, la inspeccionó.
—¡Ding! ¡Inspección exitosa! —anunció una voz en su cabeza.
—¡Has ganado la [Pantalla de Estado] de la primera astilla de la piedra rúnica de la historia! —continuó la voz.
Roy leyó su pantalla de estado.