—Eiko, di mamá —dijo Iris.
—Ma.
—Mamá.
—Ma.
—¡Mi bebé es tan inteligente! —dijo Iris mientras frotaba su mejilla contra el cuerpo de Eiko, lo que hizo que el limo bebé se riera. Al otro lado, el Unicornio resopló con irritación.
Lux y Hanz solo miraban esta escena con expresiones divertidas en sus rostros.
«Elegiré dos de las opciones más tarde, una vez tenga una mejor comprensión de lo que sería más beneficioso para Eiko», pensó Lux mientras caminaba hacia Iris, quien tarareaba felizmente, bailando con el limo bebé en sus manos.
—Gracias, Iris —dijo Lux—. No habría podido mejorar el rango de Eiko sin tu ayuda.
Iris dejó de bailar y sonrió al adolescente pelirrojo que rara vez la visitaba debido a su entrenamiento.
—De nada, hermano —respondió Iris mientras le presentaba a Eiko a Lux—. Eiko, llámalo papá.
El pequeño limo miró a Lux con curiosidad antes de rociarlo con agua en la cara, mojándolo por completo.