Una melodía suave y melancólica resonaba dentro del Salón de Eventos, incitando a los bailarines a moverse bastante despacio.
Este tipo de música se suponía que solo se tocaba cuando la celebración estaba a punto de terminar. Pero como la Princesa Shayna había solicitado a los músicos tocar esta canción, no tuvieron otra opción más que atender a su petición.
Sorprendentemente, aquellos que habían planeado bailar junto a la Princesa cambiaron de opinión y permanecieron al margen, simplemente observando cómo el Montañés y la Princesa de Agartha danzaban alrededor del salón, sin importarles las miradas de innumerables personas que les observaban.
—Bailas muy bien, señor Lux —dijo la Princesa Shayna—. ¿Los montañeses también reciben lecciones de baile en la superficie?
—Me vi obligado a practicar baile porque tenía que bailar con mi prometida durante su celebración de cumpleaños —respondió Lux.
