—Todos, gracias por venir hoy —dijo el Rey Septimio, dirigiéndose a los invitados que habían sido convocados para asistir al cumpleaños de su hija menor.
—¿Creo que todos ustedes han estado bien desde nuestra última reunión? —La voz del Rey Septimio era calma y tenía un tono burlón, lo que hacía que la atmósfera fuera muy informal y animada.
Todo el mundo aplaudió como para estar de acuerdo con la pregunta de su Rey.
—¡Bien! —Sonrió el Rey Septimio—. Está bien. No haré un discurso largo hoy. Así que, permítanme presentarles a mi hija menor, ¡la Princesa Shayna!
El Rey de Agartha hizo un gesto para que todos miraran hacia la parte superior de la escalera.
Allí, una joven, cuya belleza ya empezaba a mostrarse a temprana edad, bajaba con una dulce sonrisa en su rostro.
Vestía un hermoso vestido rosa que destacaba sus rasgos sobresalientes, haciendo que quienes la veían sintieran que sus corazones se derretían.
