—Un artefacto ligado al alma —murmuró el Rey Septimio mientras observaba la Llave de Agartha que flotaba frente a él.
Incapaz de tocar la llave, recurrió a usar sus sentidos agudizados para entender mejor sus propiedades. Quería saber exactamente qué tipo de artefacto era.
Como el Rey de Agartha, podía sentir que era un artefacto que contenía un gran poder y, además, poseía un pequeño fragmento del Núcleo de Elíseo, lo cual lo sorprendió enormemente.
—Dijiste que conseguiste esto como recompensa después de despejar una Mazmorra —dijo el Rey Septimio—. ¿Cómo se llama esa Mazmorra?
—La Mazmorra Sagrada —respondió Lux.
La expresión del Rey Septimio se endureció tras escuchar la respuesta de Lux.
—Esta Mazmorra Sagrada de la que hablas, ¿tiene una restricción que solo permite la entrada a aquellos del Rango de Iniciado y abajo? —preguntó el Rey Septimio—. Además, ¿contiene cinco puertas dentro de ella? ¿Puertas de la Conquista, Guerra, Hambre, Muerte y Apocalipsis?