—Eso es todo lo que sucedió —dijo el Alto Rey de Lunaria tras terminar su informe al Soberano del Ejército Divino—. Si no fuera por el rescate oportuno de nuestro Oráculo, yo, y los demás, hubiéramos seguido la misma suerte que Tigre de Llama.
Un suspiro escapó de los labios del líder de los Campeones de la Luz tras enterarse de que uno de sus miembros más antiguos había muerto en combate.
—Todos ustedes han hecho bien en regresar con vida —dijo el Soberano de la Luz—. Oráculo, has hecho un gran servicio a nuestra organización. Si no fuera por tu previsión, hoy podríamos haber perdido a más de nuestra gente, lo que habría hecho muy felices a nuestros enemigos.
El Oráculo sonrió amargamente antes de asentir con la cabeza. Si solo hubiera actuado antes, tal vez el Sacerdote Anciano no habría muerto. Sin embargo, lo hecho, hecho estaba, y no había nada más que pudiera hacer al respecto.
