Cuando Lux llegó a la Aldea Hoja, lo primero que notó fue lo diferente que era desde la última vez que la vio.
Se habían construido más estructuras en los alrededores, algunas de ellas incluso de tres pisos de altura.
—¡Pa!
—Tienes razón, Eiko. La Aldea Hoja está empezando a parecerse más a una ciudad que a una aldea.
—¡Vale!
El Medio Elfo se sintió feliz por estos cambios porque la Aldea Hoja tenía un lugar especial en su corazón.
El Medio Elfo estaba a punto de ir a buscar a la Abuela Annie en su tienda de dulces cuando escuchó a alguien llamándolo desde atrás.
—¡Lux, mi chico! ¡Finalmente estás aquí!
El adolescente de cabello rojo no pudo evitar sonreír al ver al Jefe de la Aldea, Cedwyn, corriendo hacia él con una expresión emocionada en su rostro.
—Te he estado esperando mucho tiempo —dijo Cedwyn—. Sé que estás ocupado, pero deberías encontrar algo de tiempo para visitarnos de vez en cuando.