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—Parece que aparte de las dríadas del Este Refugio, estamos solos —dijo suavemente Lady Avyanna mientras miraba el mapa sobre la mesa.
Barca y los otros señores de la guerra orcos también miraban el mapa con ojos críticos. Este era un mapa que mostraba la totalidad de la región occidental del Reino de Wanid.
Ahora todos buscaban posibles puntos de emboscada que pudieran utilizar para disminuir el ejército humano, en cuanto su fortaleza cayera.
Sí, los orcos ahora planeaban cómo disminuir el poder de maniobra de su enemigo mientras hacían una retirada estratégica hacia el interior del Reino de Wanid.
—Como era de esperarse, nuestra última resistencia será en nuestra ciudad capital —dijo Barca mientras se frotaba la barbilla—. Si va a caer, les haremos pagar un precio alto por ello.
—¡Pagarán un precio muy querido por ello! —dijo Oreg mientras rechinaba los dientes de ira.
Tanabur suspiró mientras cruzaba los brazos sobre su pecho.
