Campamento del Ejército de la Dinastía Haca...
—Comandante, permíteme llevar a mis hombres a atacar a esos orcos en medio de la noche —dijo un hombre con un parche que cubría su ojo izquierdo y una sonrisa—. Prometo que su pequeña fortaleza caerá antes del amanecer.
—¿Tú? Oh, por favor. Todos sabemos que solo arruinarás esto —una dama de mediana edad resopló con desdén—. Será mejor si yo lidero el ataque nocturno. Esos orcos no tendrán idea de lo que les golpeó.
—¡No! Seré yo quien destruya su fortaleza y arranque la cabeza de Barca —declaró el comandante de la vanguardia, quien había dado la orden de atacar la fortaleza hace unas horas—. Si no fuera por la orden estricta del gran general de que no podía atacar personalmente la fortaleza en ese momento, es posible que ya hubiera caído.