—¡Tormenta Congelante! —Gerhart rugió al desatar un tornado imbuido de hielo en dirección a los Avispones Gigantes Rojos que habían entrado en su rango de ataque.
Inmediatamente, los avispones se dispersaron, pero uno de ellos tuvo la mala suerte de ser succionado por el tornado giratorio de la muerte, el cual destrozó su cuerpo por completo, dejando heridas profundas en el cuerpo del insecto.
Sus alas también resultaron dañadas por el ataque de Gerhart, lo que lo hizo incapaz de escapar de la jaula de muerte que lo atrapó completamente.
El Medio Elfo de cabello verde chasqueó la lengua. Esperaba causar más bajas con su ataque, pero la maniobrabilidad de sus oponentes superó sus expectativas.
—¡Todos, prepárense! —uno de los Guardias de la Ciudad gritó mientras se posicionaba frente a los residentes de Ciudad de Abingdon.