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La expresión de Kieran se contorsionó ligeramente ya que la activación actual del Antiguo Escudo Carmesí difería de cuando Agrianos se lo otorgó. La neblina carmesí que se filtraba de su cuerpo producía una sensación incómoda que le hacía apretar los dientes.
Se sentía como si sus entrañas estuvieran en llamas con lava fundida recorriendo sus venas. Las venas y arterias alrededor de su corazón se hinchaban hasta que la pulsación desenfrenada se podía ver externamente. Afortunadamente, esta oleada de dolor solo duró un breve período antes de disminuir en algo que Kieran podía manejar.
Este cambio no fue porque Kieran se acostumbró al dolor, sino porque el proceso se completó rápidamente. Una fina película roja cubrió el cuerpo de Kieran, y por las pocas porciones que Kieran podía ver desde su punto de vista, parecía una armadura hecha de kevlar—ligera pero altamente duradera. Una vez finalizado este proceso, algunas notificaciones aparecieron ante Kieran.