Con un profundo exhalo, Kieran trató de calmar sus pensamientos lo mejor que pudo.
Las Huellas y sus verdaderos efectos siempre le cosquilleaban la parte trasera de la mente de una manera que no podía aliviar. El Juicio había interrumpido su oportunidad y, cuando salió de él, las Huellas eran lo último de lo que se preocupaba.
Demasiado había cambiado a su alrededor y necesitaba estabilizarse antes de que su estado mental pudiera soportar más choques. Y dado el tono sombrío y cauteloso de Agatha al hablar sobre ellas, Kieran asumió que era algo bastante grave o lo suficientemente profundo como para confundir su mente.
Después de obtener algo de dirección y confiar en sus aliados para aliviar algunas de las cargas y preocupaciones que llevaba, Kieran estaba listo para aprender más sobre la Huella, tanto como sus logros actuales pudieran discernir y comprender.