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Unas pocas semanas habían pasado y, en esas semanas, Kieran y el Heredero Sagrado hicieron varios avances significativos en su empresa.
El Heredero Sagrado mostró señales de una alma expandida, vigorizada y capaz de conectarse con Kieran tan profundamente que ahora él podía sentir sus emociones. Como resultó, su crecimiento seguía un patrón. Su alma primero sería expandida, luego vigorizada y refinada, y luego el proceso se repetía hasta que formaba un ciclo.
No pasaría mucho tiempo antes de que su alma estuviera preparada para contactar a los otros Herederos.
Eso deleitaba a Kieran, pero no tanto como su propio progreso.
La sangre de Kieran fluía mucho más rápido, y obedecía sus órdenes una vez que imponía suficiente de su Voluntad. Requería una cantidad considerable, pero era un paso en la dirección correcta. Pronto estaría lo suficientemente familiarizado como para recrear la Runa de Sangre o... tener poca necesidad de ella.
