Kieran se alzó al recibir el nombre de Valdu y aceptar sus votos como un No Hablado.
Sin buscar su presencia, aspectos de la Llama surgieron a través de sus venas, impulsando a Kieran a abrir y cerrar la mano en examen. Los músculos de sus brazos se agitaron, y las venas pronunciadas se retorcían como serpientes deslizándose debajo de una superficial delgada.
Su piel se había adelgazado hasta parecer una película, pero exudaba una resistencia enormemente incrementada. Impulsado a probar la fuerza de su cuerpo físico, Kieran encerró un dedo en sangre afilada como una navaja hasta que dio la impresión de una hoja siniestra.
Entonces, cortó.
Un chillido estridente hecho por metal golpeando contra metal resonó en el santuario. Había quedado una línea en su piel, pero no sangraba, y la superficie no había sido perforada.
Los seguidores que fueron testigos de esto se maravillaron ante la vista.