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—La asamblea de los Bandidos Nacidos del Desierto aumentaba cuanto más se adentraban Kieran y los demás en el escondite. Eventualmente, el entorno se volvió oscuro y siniestro cuando Kieran intercambió lugares con Altair.
—Yo lideraré por ahora ya que mi visión es mejor. Pero eso no significa que puedas relajarte, Aatrox. Mantén tus sentidos atentos —dijo Altair mientras pasaba junto a Kieran.
Kieran levantó la cabeza con una risa divertida.
—Ahora, ¿por qué me relajaría? Hay tanto por hacer. Esto es solo el comienzo, así que relajarse no es una opción.
—Solo lo digo —se encogió de hombros Altair.
Luego, el grupo siguió a Altair, quien se movía con más cuidado que Kieran ya que podía ver las acciones de los Bandidos Nacidos del Desierto. A veces se detenían para conversar entre ellos, lo que llevaba a Altair a detener al grupo.
Solo una vez que los Bandidos Nacidos del Desierto reanudaban su movimiento, Altair relajaba su puño levantado e indicaba que continuaran.