Las puertas de la bahía se deslizaron abiertas para revelar al Piloto de Pruebas, que miraba nerviosamente alrededor de la sala a todo el equipo que se había montado antes de que sus ojos se posaran en el nuevo Mecha de Línea que yacía sobre un banco de trabajo cerca del centro del espacio abierto.
—Sargento Khalil, es bueno ver que su compromiso con la puntualidad se extiende incluso al trabajo con los Segadores. Debería advertirle que la simpática de la cocina tiene una sorpresa algo más grande de lo que podría haber esperado, sin embargo. —Max lo saludó.
—Oye, no soy un idiota. Lo sé. Simplemente no me importa. ¿Qué necesitabas hoy, Comandante? La bahía parece bastante impecable, así que no puede ser detalle de limpieza. —El Sargento respondió.