Max se acomodó en el asiento y descubrió que los controles no eran la disposición estándar de Kepler Mechanical, aunque estos estaban disponibles en la consola frente a él. Había un halo de enlace neural que se bajaba sobre su cabeza, vinculando los movimientos de la mecha a sus intenciones y eliminando el retardo físico entre sus intenciones y sus movimientos físicos.
La configuración también tenía la opción de sincronización, para que él pudiera controlar físicamente la Mecha, mientras mentalmente apuntaba, o al revés.
Con las funciones cognitivas mejoradas de Max, eso no sería necesario, ya que él podría apuntar con precisión con cada arma conscientemente mientras también pilotaba mentalmente, y no dependería del instinto y la memoria muscular para hacer la parte del movimiento por él.