Max revisó el estado de los Innu a la mañana siguiente cuando recibió los primeros mensajes sobre naves entrantes que solicitaban permiso para acoplarse con Terminus y descubrió que no solo habían sobrevivido la noche, sino que habían conseguido bajar a desayunar y estaban inmersos en una discusión muy ruidosa y muy pública sobre teorías de diseño estructural con los técnicos encargados de los toboganes gravitatorios.
Encontraron tiempo la noche anterior para probar todos los recorridos recreativos del parque y se dieron cuenta de que la noción humana de "diversión" era algo extrema según los estándares galácticos.
Por ejemplo, las rampas, que fueron un gran éxito entre la tripulación humana, casi convencieron a la mayoría de los Innu de que iban a morir cuando golpearan el agua en la parte inferior.
