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—Estaremos aterrizando en tres minutos. Tan pronto como estemos en tierra, el Primer Batallón flanqueará al oeste, el Segundo Batallón flanqueará al este, y nosotros atraparemos a las fuerzas Rebeldes fuera de la instalación entre nosotros mientras los Cutters hacen su trabajo con los drones —ordenó Max.
La pantalla de Max se iluminó con posibles soluciones de disparo en el momento en que las puertas se abrieron en la nave de transporte. La nave ni siquiera había aterrizado cuando Max tocó tierra corriendo, desatando todas las armas de la Furia Duradera al mayor ritmo de fuego que podía manejar.
La maniobra tomó a los Rebeldes por sorpresa. La nave era una de las suyas, y aunque no había respondido a los mensajes, esperaban que fuera refuerzos de las regiones externas que venían a ayudarlos a lidiar con estos Mercenarios.
