Al observar cómo todos se hacían más fuertes, los pensamientos de Karyk se desviaron hacia Gabriel, el amigo, hermano y aliado que parecía perdido. Su ausencia pesaba mucho en el corazón de Karyk. No podía evitar preguntarse cuán fuerte habría sido Gabriel si estuviera vivo.
Dado que ambos formaban parte del mismo alma, Gabriel era quien Karyk creía que lo conocía mejor. Cuando Karyk se hacía más fuerte, era a Gabriel a quien quería compartirle toda la información, tan pronto como saliera del Templo Ancestral.
Lamentablemente, para cuando salió, fue recibido con la trágica información de que Gabriel estaba muerto.
Solo pudo alzar la cabeza, disculparse por no estar allí cuando Gabriel lo necesitaba. Si fuera posible, también habría revivido a Gabriel, pero encontrar su alma era imposible.
—¿Puedes conseguirles un lugar donde quedarse aquí? —preguntó Karyk a Aliac.