Para sorpresa de Gabriel, la persona era completamente idéntica al retrato, aunque un poco más joven. De hecho, el hombre parecía incluso más joven que él físicamente.
Pero no era la edad de la persona lo que era sorprendente. ¡Era su fuerza! Gabriel nunca había estado en presencia de esa persona antes, así que nunca supo cuán fuerte era realmente. Sin embargo, en esos recuerdos, ¡lo sintió todo!
Sintió lo que era estar en su presencia real y el tipo de miedo que su presencia podía hacer sentir a uno.
El Dragón Abismal luchó contra Ezequiel, pero ante esa persona, no pudo ni moverse por el miedo. Era una sensación extraña... Una sensación que era incomprensible. Sin embargo, la persona no atacó al Dragón Abismal en esos recuerdos.
En cambio, se acercó flotando, sus ojos mostrando gran interés. Era como si fuera un niño que había visto un Dragón Abismal por primera vez.
