—Inicialmente, se sentía muy fácil, como si ni siquiera fuera un desafío para ellos. Los primeros pasos eran fáciles y ligeros, como si caminaran sobre el aire —comentaron.
—Sintieron una oleada de energía y alegría, como si los ángeles los elevaran. Sonrieron e incrementaron su velocidad aún más —relataron con entusiasmo.
—Pero a medida que subían más alto, empezaron a notar un cambio. Los escalones se volvieron más duros y pesados. Sentían una presión en sus piernas y pies, como si estuvieran cargando un peso pesado en la espalda. Muchos empezaron a sudar y a jadear, sintiendo tensión en sus músculos y pulmones. Redujeron la velocidad y se detuvieron, sintiendo fatiga y dolor —explicaron con dificultad.
—Si pudieran usar magia, podrían intentar fortalecer sus cuerpos. Sin embargo, ni eso estaba permitido —se lamentaron.