Lily Sangrienta voló hacia Cerbero, sus alas de sangre brillando como rubíes en la luz espectral que emanaba de las runas. Sus movimientos eran gráciles y feroz, una danza mortal que combinaba el poder y la precisión.
—¡Og'tharoz, contrólalo! —gritó, su voz cortando el aire frío como un filo agudo.
Og'tharoz respondió con un asentimiento, sus manos espectrales de oscuridad sujetando con más fuerza las cabezas laterales de Cerbero mientras rugía de agonía y furia.
Alina tiró con todas sus fuerzas de las cadenas del lado izquierdo, provocando que las runas brillaran intensamente. Sentía la magia arcana fluir por sus dedos, una conexión casi tangible con la esencia del mundo.
Las cadenas estaban ahora firmemente sujetas, formando una barrera mágica alrededor del monstruo.
Andrew, por el otro lado, luchaba contra la brutal fuerza de Cerbero. Su armadura pulsaba con luz blanca, y él usaba cada onza de su fuerza para tirar de las cadenas desde el lado derecho.