Kaizen sintió una ola de alivio al ver a Alina intervenir y ayudarlo. Sus ojos se encontraron por un breve momento, intercambiando una comunicación silenciosa cargada de confianza, y sin dudarlo, Kaizen se concentró en su energía psíquica, formando un campo de fuerza alrededor de sí mismo mientras enfrentaba a la entidad que había tomado posesión del Emperador.
La entidad, al sentir el cambio en la situación cuando miró el rostro de Kaizen, sonrió sádicamente, desafiando a Kaizen con su mirada penetrante y su voz profunda resonando en el salón.
—¡No puedes detenerme, Psíquico! ¡Soy más antiguo y más poderoso de lo que puedes imaginar! —dijo la entidad.
Kaizen no respondió con palabras, sino con acciones. Levantando su mano derecha, concentró una esfera de energía azulada, brillante y pulsante.