El Emperador de la Niebla se sintió instantáneamente abrumado por la fuerza sobrenatural de Kaizen el Psyker. Su cuerpo estaba ahora completamente a merced del poder del otro hombre.
Los ojos del Emperador, normalmente calmados y penetrantes, reflejaban una mezcla de shock e indignación. Había enfrentado muchos desafíos a lo largo de su vida como líder, pero nunca se había encontrado tan vulnerable frente a alguien como en ese momento.
El aire en el gran salón parecía congelarse mientras Kaizen levantaba al Emperador por el cuello, su expresión mezclando determinación y un toque de desdén.
Los guardias circundantes desenfundaron sus armas, pero antes de que pudieran actuar, una ola de energía invisible los repelió contra la pared, dejando la confrontación restringida a esos dos.
El Emperador, con los ojos muy abiertos y la respiración entrecortada, intentó hablar, pero las palabras apenas salían de sus labios, apretados por la mano de Kaizen.