```
El silencio en la taberna se volvió casi tangible después de que Valthorn acusara a Kaizen de hacer trampa. Las miradas de los espectadores oscilaban entre el elfo enfurecido, el enano incrédulo y el desconocido sereno.
Kaizen permaneció tranquilo, pero sus ojos revelaban una chispa de impaciencia. —¿Hacer trampa? —dijo Kaizen, levantando una ceja—. Prefiero creer en la suerte, Valthorn, no en la artimaña.
Talfor, el enano, intervino rápidamente, alzando las manos en un gesto pacificador. —No hubo artimañas aquí, Valthorn. Esto es un juego de habilidad y estrategia, no de colusión.