Después de hablar con Ragnar alrededor de la fogata rugiente, Kaizen sintió la necesidad de compartir la información que había obtenido con Alina, el miembro más inteligente de su grupo. Sabía que la situación se volvía cada vez más misteriosa, y la cálida bienvenida de los aventureros no calmaba la inquietud que sentía.
Kaizen encontró a Alina unos minutos después, con sus manos apoyadas en su cintura y una expresión seria en su rostro mientras miraba hacia el cielo lleno de nubes de humo. Kaizen se acercó con pasos silenciosos, respetando su concentración.
—Alina —la llamó suavemente. Ella se volvió sorprendida, pero su rostro se iluminó cuando vio a Kaizen acercándose.
—Mira quién ha vuelto... —dijo Alina, con una sonrisa cálida—. ¿Cómo fue tu conversación con el líder de esta gente?