Kaizen estaba visiblemente incómodo con la idea de que los dioses intervinieran en la historia de Rise Online. Para él, esta idea era absurda, a pesar de que ya había enfrentado dragones, gigantes de hielo y hasta había muerto y renacido una vez.
Recordaba las incontables veces que había viajado alrededor de este vasto mundo, ayudando a las personas y luchando contra terribles criaturas. Si existen los dioses, ¿por qué nunca había conocido a uno?
Los dioses, si existían, parecían estar ajenos al sufrimiento y las luchas de los habitantes de Midgard, así que si existían, ¿por qué ayudarían?
El pensamiento lo llevó de vuelta a Nilfheim, un mundo oscuro y helado, el primer mundo que exploró después de Midgard.