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La multitud estalló en vítores ensordecedores y gritos de admiración. Klaus había hecho historia en las competiciones de tiro con arco no solo en el Torneo NIST patrocinado por Holding Hónghé, sino también en el panorama nacional competitivo del tiro con arco. Era muy raro ver a alguien alcanzar una puntuación rayando en la perfección y llegar a una puntuación que parecía inalcanzable.
Su asombrosa actuación dejó impresionados a todos, y solo se dio cuenta de ello cuando salió de la cabina y se sobresaltó por la euforia de toda la arena, que era muy ruidosa.
Klaus fue recibido con palmadas en la espalda y cálidos cumplidos de los otros competidores, porque todos reconocían la magnitud de la hazaña que había logrado. Incluso aquellos que competían con él por un lugar en la gran final no pudieron evitar admirar su innegable habilidad, pues había acertado prácticamente en cada objetivo que podía.
