Los últimos segundos del primer desafío fueron pura adrenalina. Con su arco, Klaus se movía con increíble pericia, recargando el arco casi automáticamente. Su corazón latía fuertemente, manteniéndolo concentrado.
La multitud alrededor del puesto estaba en silencio ahora, observando cada movimiento de todos con anticipación. El sonido de múltiples disparos y flechas impactando en los blancos resonaba a través del gimnasio, creando una atmósfera intensa.
30 segundos... Klaus apuntó y disparó, impactando otro blanco. 23 segundos... Montó otra flecha y disparó de nuevo, acertando al blanco. 17 segundos... El arco se movía fluidamente, y Klaus mantenía su concentración implacable. 10 segundos... Otra flecha voló hacia el blanco, explotándolo en el centro.
