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La noticia de que Klaus era, de hecho, un arquero y no un esgrimista, se extendió rápidamente por el estadio y las transmisiones, sorprendiendo no solo a los miembros del equipo de Dakota del Norte, sino también al público en general. Mientras la información se propagaba como un incendio forestal, un zumbido de murmullos y preguntas llenaba la habitación.
¿Era posible que un arquero enfrentara con éxito a cuatro esgrimistas talentosos seguidos, no usando un arco, sino una espada?
Klaus permaneció impasible ante las conversaciones a su alrededor, porque ni siquiera podía distinguirlas de simples ruidos. Sabía que tenía una misión que cumplir, no solo por el bien de su equipo, sino también para probarse a sí mismo que las últimas semanas de tanto esfuerzo no habían sido en vano.
Dado que las reglas no permitían que más de una persona luchara sola contra alguien, todos serían duelos individuales, pero todos serían en secuencia y eso definitivamente sería agotador para Klaus.
