Después de revisar las recompensas por matar al Rey Araña-Escorpión, Kaizen se acercó a Hellround, quien estaba devorando los restos del monstruo.
—Al menos podrías aparecer alguna vez para ayudarme, ¿verdad? —dijo Kaizen.
El perro negro de nariz larga miró al Psíquico por un momento, como si no entendiera, y luego volvió a devorar las gruesas patas del monstruo.
—No importa, no puedo culparte. Soy yo quien te pidió que dejaras de aparecer al azar. Si me obedeces, es una señal de que has madurado. Por cierto, podrías haber estado en peligro si hubieras aparecido en alguna de las peleas del torneo o cuando explorabas el laberinto.
De nuevo, el perro lo miró, escuchó lo que decía, ladró en acuerdo y desapareció, aún meneando la cola felízmente.
Inconscientemente, Kaizen metió la mano en la boca de la guarida de las Arañas-Escorpiones y sacó un trozo de tela de araña.
[Has obtenido 'Telaraña Especial de Araña-Escorpión'].