Al salir del dormitorio, Ashley se puso rápidamente su blusa para el frío, se la subió hasta el cuello y, tras mirarse, se dio cuenta de que no serviría de nada esconder toda su piel si iba a encontrarse con Klaus, así que bajó un poco el cierre. Luego se desató la cola de caballo para verse un poco más bonita y natural, después de todo, su charla sobre ir a lo de Helen era solo una excusa para salir sin levantar sospechas.
Después de caminar unos metros, vio a alguien parado bajo uno de los faroles en la distancia. Era un chico alto, de cabello negro, hombros anchos, brazos fuertes y una expresión tranquila en su rostro. Ese era Klaus.
Ashley se acercó lentamente, observándolo más de cerca a medida que caminaba. Llevaba una chaqueta de cuero negra, jeans y botas. Notó que la miraba intensamente y que sus ojos eran de un tono oscuro que parecía reflejar la luz de las estrellas. Cuando finalmente estuvo lo suficientemente cerca, Klaus le sonrió.