Egelza observaba con atención mientras Alina miraba a Kaizen con lágrimas en los ojos, y en ese momento supo que sus argumentos habían tenido un efecto en la bibliotecaria. En ese instante, la maga sintió que tenía que actuar rápidamente antes de que Kaizen y Alina escaparan de sus garras, y no le importó usar la fuerza para conseguir lo que quería.
La Mago del Alba miró a Kaizen con ira, sus ojos brillando con una intensa luz roja.
Luego levantó su mano izquierda y comenzó a canalizar una enorme cantidad de maná en el centro de su palma. Con un simple movimiento, levantó su grimorio, y las páginas del grueso libro comenzaron a volar rápidamente mientras Egelza comenzaba a lanzar un poderoso hechizo.
Kaizen captó el resplandor de la invocación de refilón y se preparó para luchar, pero antes de que pudiera actuar, Egelza ya estaba construyendo una masiva cantidad de energía a su alrededor. Su magia era aterradora.