Curioso, Kaizen se acercó silenciosamente a las jaulas, asegurándose de permanecer fuera de la vista del guardia. Kaizen intentó tocar la barrera mágica y fue detenido por una débil descarga eléctrica. Sin embargo, Kaizen ni siquiera quería imaginar lo que esa barrera podría hacer si insistía en intentar cruzarla. Se dio cuenta de que tendría que encontrar otra manera de investigar esa extraña choza.
Observando más de cerca, Kaizen notó que había un pequeño espacio en la barrera mágica que permitía a algunas personas entrar y salir sin ser detectadas, y el guardia estaba parado justo en frente de esa entrada.