—Por favor, continúe... —Hades instó a Max mientras ignoraba completamente a Regus.
Al escuchar este comentario, Regus sintió que el universo se cerraba a su alrededor al notar la sonrisa malévola en el rostro de Max.
Si Max no era realmente un vampiro primordial, entonces ¿por qué se dejaría arrestar sin protestar?
¿Por qué no le revelaría esta información a Regus cuando lo confrontó personalmente en sus aposentos?
¿Por qué permitiría la humillación del encarcelamiento y que su buen nombre fuera manchado si todo era una farsa?
Estas eran preguntas que Regus se había planteado anteriormente, sin embargo, al ver la sonrisa malévola en el rostro de Max todo se volvió claro como el día respecto a por qué ocurría todo esto.
Max estaba detrás de esto desde el principio, había planeado este evento desde el momento en que se dio cuenta de que su verdadera identidad estaba a punto de ser revelada y jugó con Regus como un peón en su tablero de ajedrez.