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Sin sorpresa, después de haber sido privado de todos sus sentidos externos durante un tiempo considerable, la afluencia de información que Valyr había recibido al ser forzosamente abierto le causó al joven un nivel considerable de dolor mental.
Si tuviera que compararlo con algo, sería más o menos igual al esfuerzo mental que había hecho forzando la apertura de la entrada a la conexión.
No obstante, como alguien que había soportado tales tipos de dolor antes, Valyr sabía qué hacer y rápidamente desactivó dos de sus sentidos más importantes, cerrando sus ojos y cubriendo sus oídos para permitir que sus otros sentidos se aclimataran a su entorno actual.
Luego, una vez que se sintió cómodo con tres de sus sentidos activos de nuevo, retiró sus manos de sus oídos, permitiendo que su sentido del oído se aclimatara, antes de eventualmente permitirse aclimatar su sentido de la vista, abriendo su par de ojos en lo que fue un tiempo considerablemente largo.
