Lori entrecerró sus penetrantes ojos morados oscuros hacia Asher, su cola moviéndose con incredulidad —Ssss, ¿te volviste estúpido, mocoso? ¿Cómo piensas aprender algo de gente muerta que murió hace eones? —siseó, su voz goteando escepticismo.
Asher ignoró su provocación y, con un sutil movimiento, una diadema negra y dentada materializó en su mano.
El siniestro diseño de la corona parecía zumbar débilmente con una energía ominosa —Con esto —dijo, alzándola hacia la tenue luz—. Esta es la corona de un Señor de los Espectros. La obtuve como recompensa de la Torre del Infierno. Según su descripción, debería permitirme aprender cosas de los muertos… aunque aún no la he probado.
Los ojos de Lori se estrecharon aún más, su desconfianza evidente —Cada objeto tienessssus limitaciones, incluso si es algo de la Torre del Infierno —siseó. Su lengua bífida se movió brevemente antes de añadir—. Pero bien. Veamos cuánto puedes aprender usando esta fea corona.
