—Ana estaba sobre él en un instante.
—El cuerpo de Arturo reaccionó instintivamente, levantando su bastón para protegerse, pero incluso mientras se movía, la velocidad de Ana lo superaba.
—Ella ya estaba allí, su mano dirigida directamente a su estómago, crepitando con un oscuro rayo amarillo. El aire a su alrededor parecía temblar con la tensión del choque que estaba a punto de desatarse.
—Pero cuando el puño de Ana se acercaba, el bastón de Arturo brillaba con un pulso radiante de luz blanca que instantáneamente se disparaba hacia ella.
—Ana, apenas logrando torcer su cuerpo debido a sus graves heridas de la batalla anterior, sintió el pulso de luz rozar su costado, enviando una oleada de calor abrasador y frío a través de su cuerpo.
—El fuego de escarcha quemaba su piel a través del traje, obligándola a detenerse para suprimir el dolor, y ella lo miró.