Tras caminar por un oscuro túnel, Asher entró en un espacioso salón con una atmósfera ominosa.
Había luces rojas oscuras iluminando las paredes negras y todo el salón. Aunque el lugar entero tenía una impresión sombría.
Todo el suelo de piedra gris estaba adornado con una variedad de símbolos místicos y estandartes colgando del techo, que llevaban el emblema de la torre.
Muchos otros demonios también entraron junto con él, dándole miradas extrañas mezcladas con desdén oculto y burla. Y el hecho de que una atractiva criada voluptuosa lo siguiera solo hacía que sus ojos brillaran con envidia. Pero al ver que era un hombre lobo, sus ojos relucían con una luz tenebrosa.
Asher no podía importarle menos sus miradas y vio múltiples colas de demonios frente a él.