—Mamá, ¿quién dijo que hiciste algo malo? —preguntó Raquel con franqueza.
—¿Eh? —murmuró Cecilia, con los ojos agrandados en confusión. Miró a su hija, casi segura de que había escuchado mal.
Raquel suspiró, su expresión se suavizó mientras trataba de poner en palabras sus pensamientos, —Lo que intento decir es... no estás equivocada en sentir lo que sientes por papá. Sé que está intentando construir un futuro mejor para nosotros, pero en el proceso de hacerlo, creo que se está olvidando de algunas cosas importantes. Dice que todo lo que hace es por nosotros, pero apenas pasa tiempo con nosotros ya. Si acaso, quiere que hagamos todo a su manera. Quiero ayudarlo, pero... No estoy segura de si es lo correcto. ¿Tú qué piensas, mamá?
Cecilia parpadeó, su mente dando vueltas mientras procesaba las palabras de Raquel. Su corazón latía fuerte en su pecho mientras vacilaba antes de preguntar con cautela, —Tú... ¿cuánto sabes sobre lo que está haciendo?