—¿Un arma? Pensé que dijiste que esto era para proteger nuestro mundo de demonios que encontraron un resquicio para deambular en nuestro mundo como Portador del Infierno y otros.
—Por supuesto —respondió Derek, su ojo brillando con una luz fría pero ferviente—. Una vez que esta torre esté activa, no solo Portador del Infierno, sino ningún demonio volverá a amenazar a nuestro tipo. Después de que sean aniquilados, crearemos un nuevo mundo—un mundo poderoso gobernado por Cazadores como nosotros, con los dos supervisando todo. Seremos los arquitectos de una nueva era y las futuras generaciones nos agradecerán y reverenciarán por ello.
Cecilia sintió que un nudo se apretaba en su estómago. Musitó: