—Supongo que ahora estás mentalmente preparado. Debes estarlo después de pedir un mes de tiempo —dijo Rowena mientras miraba a Asher, ambos sentados en la sala de estudio.
Asher sonrió ligeramente y dijo:
—Por supuesto. Estoy listo para ir. He estado esperando esto.
Ceti estaba parada justo afuera de la habitación, aunque su expresión no era para nada buena. ¿Cómo podía sentirse bien cuando su madre estaba de pie a su lado, esperando a Asher para irse con él?
¿Quién habría pensado que él la traería consigo para ir a la Torre del Infierno? Ella era una criada del castillo y no tenía ninguna obligación fuera de este castillo.
Aún así, para su sorpresa y confusión, su madre insistió en ir con Asher, lo que solo la hizo sentirse aún más preocupada, preguntándose qué habría hecho ese pervertido para hacerla actuar así.