En el panorama político de Rusia, el poder era ejercido tanto por familias de Cazadores comunes como élite, entrelazadas sin fisuras.
La Familia Volkov, como la preeminente Familia de Clase Suprema, se encontraba en la cúspide de esta compleja jerarquía. Ninguna familia en el mundo se atrevería a desafiarlos, incluyendo las más poderosas.
Su dominio no se limitaba al maná; habían integrado sin problemas su destreza en el maná con acumen político, creando un legado de influencia sin igual.
Los Volkov tenían un asiento reservado en el gobierno nacional, lo que les permitía moldear políticas y decisiones que profundizaban aún más su control.
Su imperio económico abarcaba conglomerados y gremios, permitiéndoles manipular mercados e invertir tanto en las esferas místicas como mundanas.