—La mañana era fresca, una tenue niebla se cernía sobre los terrenos del palacio mientras Rhygar observaba a su madre desde un punto discreto.
—Lysandra, envuelta en una capa y moviéndose con un propósito que sugería urgencia, salió de su balcón hacia los oscuros cielos carmesí.
—Su capa se agitaba a su alrededor, un accesorio poco común que despertaba la curiosidad de Rhygar.
—No era la vestimenta que solía llevar para sus deberes oficiales o salidas casuales. Esta capa parecía diseñada para ocultar, para fundirse con el entorno, o quizás para protegerla de miradas indiscretas.
—El corazón de Rhygar latía acelerado, mezclando aprensión y sospecha. Había visto a su madre usar esta capa una vez antes—justo después de que su padre se había marchado en su viaje extendido. El recuerdo de aquel día cruzó su mente, alimentando su determinación.
—¿Adónde iba con tanta secretividad?