Asher y Callisa se aventuraron en el paisaje, su búsqueda guiada por las sutiles pistas de arena alterada y un inusual silencio que flotaba en el aire cerca de las grandes rocas que salpicaban la costa.
Encontraron a Lori escondida detrás de una de estas rocas, su forma serpentínea reducida a una fracción de su tamaño habitual, su rostro enterrado en la arena como si intentara desaparecer del mundo.
La vista de la temible Serpiente Espina Temible en una postura tan pequeña y abatida era extrañamente conmovedora, e incluso Callisa parecía desconcertada por la transformación.
Sin embargo, le fascinaba más el hecho de que Lori pudiera encogerse a un tamaño tan pequeño en comparación con su forma verdadera.
—Ssssss, ¿no te dije que no quiero hablar con ustedes dos? —gruñó Lori, su voz amortiguada por la arena, su irritación palpable incluso sin levantar la cabeza para enfrentarse a sus visitantes.