—¿Qué pasa? —preguntó él—, acercándose, su voz resonando levemente contra las húmedas paredes de piedra.
Con un movimiento de su cola, Lori hábilmente giró el antiguo libro antes de dejarlo caer en las manos expectantes de Asher.
Él lo atrapó, sus ojos inmediatamente atraídos por un viejo dibujo de una colosal espada inquietantemente similar al Segador del Vacío, hendiendo los cielos de un mundo extrañamente reminiscente de Zalthor. Bajo la ilustración, el pie de foto decía 'Llave del Caos'.
—¿Llave del Caos? —repitió Asher, las palabras saliendo de su boca con una mezcla de asombro y aprensión.
—Yesssss, la Llave del Caos —siseó Lori, su voz llevando el peso del misterio—. Algunas personas llaman así al Segador del Vacío para recordarse a sí mismos de lo que esa espada es verdaderamente capaz. Después de todo, fue la misma espada que trajo vida a nuestro mundo una vez muerto y... provocó el nacimiento de los Primeros Demonios.
